¡El arte de hacer galletas de azúcar que enamoran!
¿Sabéis esa sensación de triunfo cuando sacáis del horno unas galletas y hasta el vecino llama para felicitaros? Bueno, a mí me pasó el otro día, ¡y creedme, es mejor que ganar la lotería! Porque vamos, quién necesita dinero pudiendo crear galletas que parecen hechizadas.
Así que, amigas, os voy a contar mis secretitos de cocina; esos que transformarán vuestras tardes de repostería en un festival de sabor. ¡Y no es broma! Meteos el delantal, porque vais a convertiros en las estrellas de la cocina casera. ¿Empezamos este viaje juntas?
Ingredientes necesarios
¡Mira que os tengo dicho que no hay nada como lo casero! Pues hoy os voy a confesar la lista de esos "tesorillos" que necesitáis para unas galletas de azúcar que os harán llorar de alegría. Bueno, llorar es un decir, ¿eh?
Agarraos que vienen curvas: la harina de trigo, ese ingrediente que se esparce cual nieve en mi cocina cada vez que me pongo a ello. El azúcar blanca, ese dulce pecado que, como las buenas series en streaming, una vez que empiezas, no puedes parar.
La mantequilla sin sal, esa que parece decir "mézclame si puedes" mientras se me resbala entre los dedos como si fuera jabón. El huevo, que siempre termino abriendo con ese "crack" tan satisfactorio, aunque alguna que otra cáscara se me va al bol, ¡sin falta!
Y qué me decís del extracto de vainilla, esa esencia de los dioses que parece bailar tango con tus sentidos. Una pizca de sal, porque en esta vida, un poquito de sabor amargo realza lo dulce. Y no nos olvidemos de la levadura química, el toque de alquimia que infla las galletas como mis sueños de ganar la lotería.
Así que ya sabéis, con estos ingredientes y una batidora en mano (o una cuchara y buenos bíceps), estaréis listos para crear magia comestible. ¿Os lanzáis a la aventura galletera? ¡Venga, que os veo con ganas!
Elaboración paso a paso
¡Hola, amantes de las galletas! ¿Os acordáis de aquellos domingos de invierno, con la casa oliendo a vainilla y canela? Pues hoy vamos a revivir esos recuerdos. ¡Vamos a ello!
Preparación de la masa
¿Listos para el primer paso? Mezclar los ingredientes secos: Imaginaos que estáis en "Pasapalabra", pero en lugar de letras, hay harina, levadura y sal. ¡A tamizar se ha dicho!
Seguimos con la mezcla húmeda: Como cuando te toca hacer la pócima en la clase de ciencias, bate la mantequilla y el azúcar hasta que parezca que ha nevado en tu bol, y luego, ¡pum! Huevo y vainilla a la mezcla.
Es hora de unir ambas mezclas: Agrega los ingredientes secos como si estuvieras haciendo malabares, poco a poco, hasta conseguir esa masa que promete momentos de gloria.
Y aquí viene mi truco: Refrigerar la masa: Enrolla la masa como si fuera un regalo sorpresa, y al frigo. ¿Sabíais que una vez me olvidé la masa toda la noche y al día siguiente estaban incluso mejor? ¡Las casualidades de la vida!
Corte y horneado
Estirar la masa: Esta es la parte terapéutica, donde olvidas hasta el nombre de tu primer amor. Dale al rodillo y que la masa quede lisa y perfecta.
Cortar las galletas: Ahora sí que sí, toca sacar el artista que llevas dentro. Cojea tu cortapastas favorito y dale rienda suelta a la creatividad.
Hornear: Mientras el horno se calienta a 180°C, aprovecha para soñar con esas galletas saliendo perfectas, como sacadas de un cuento.
Y el gran final, enfriar y decorar: Sé que la espera es lo peor, como cuando estás a punto de saber si te ha tocado la lotería. Pero después, ¡alegría! Decora esas galletas y haz de tu cocina una fiesta de color.
Ahora, disfruta este vídeo: