Bizcocho de chocolate: un postre irresistible
¡Alerta golosas!
Ayer, en pleno antojo de medianoche, me dije: "¡Necesito chocolate o no respondo!" Y así, entre risas y cacao volando, di con la receta más top.
¿Quieres saber el secreto de un bizcocho que te haga cerrar los ojos y suspirar de gusto? ¡Sigue leyendo y descubre cómo convertir tu cocina en la envidia del vecindario!
Ingredientes
¿Preparados para un viaje al mundo del chocolate? El otro día, mientras lidiaba con el caos de mi cocina (y con mi gato, que decidió que la harina era nieve), di con la receta estrella. ¡Estos son los pasajeros de nuestro vuelo hacia el paraíso del bizcocho!
- 200 g de chocolate negro, oh sí, ese que te hace cerrar los ojos y dar un suspiro de placer
- 100 g de mantequilla sin sal, tan suavecita que parece un cachorro recién bañado
- 4 huevos, los héroes anónimos de cualquier pastel que se precie
- 160 g de azúcar, porque ¿qué sería de la vida sin un toque dulce?
- 120 g de harina de trigo, es como el lienzo en blanco de un pintor, pero para reposteros
- 1 sobre de levadura química (16 g), el trampolín que hará que nuestro bizcocho toque las nubes
- Una pizca de sal, el detalle sorpresa que despierta todos los sabores
Y aquí, entre tú y yo, te voy a contar un secretillo: a veces, cuando nadie me ve, le echo unas gotitas de ron o unas chispas de chocolate blanco... ¡y la cosa se pone que arde! Pero shhh, eso queda entre nosotros. ¡Vamos, que se nos enfría el horno!
Preparación
¡Ey, tú! Sí, tú, que estás ahí con el delantal puesto y listo para crear magia en la cocina. Vamos a embarcarnos en la aventura de hacer un bizcocho de chocolate que podría hacer llorar de felicidad al más pintado.
Preparación de la masa
Lo primero es darle caña al horno y precalentarlo a 180°C. No vayamos a tener un "incidente" y acabemos con un bizcocho más frío que un pingüino en el polo, ¿me entiendes?
Ahora toca el turno de nuestro chocolate y la mantequilla. Si los fundes al baño María, prepárate para el chapoteo; pero si eres de los míos y tiras de microondas, ¡pum! Fundido y listo antes de que puedas decir "chocolate".
Coge un bol que sea más grande que las ganas de comerse el bizcocho y mete los huevos y el azúcar. Bate, bate, bate, como si estuvieras en una maratón de baile, hasta que la mezcla sea más blanca que los dientes de una estrella de cine.
Es el momento cumbre: añadimos el chocolate derretido y la mantequilla al bol. Mezcla eso con ganas, como si estuvieras haciendo una pócima de amor.
Y ahora, ¡la harina, la levadura y la sal se unen a la fiesta! Tamízalas como si las estuvieras colando para encontrar oro y mézclalas hasta que la masa sea más uniforme que un coro cantando en armonía.
Horneado del bizcocho
Con todo el mimo del mundo, traslada esa masa divina a un molde bien preparado. No queremos dramas de bizcochos pegados, ¿vale?
El horneado es sagrado: unos 25-30 minutos o hasta que el palillo salga limpio. ¡Que no te engañe la pinta! El palillo mandará en este reino de chocolate.
Una vez hecho, dale su tiempo al bizcocho para enfriar. No hay que ser impaciente, que las cosas buenas se hacen esperar.
Presentación y consejos
Consejo: Si te sientes valiente y quieres un bizcocho que haga historia, échale nueces o más chocolate a la masa. ¿Quién dijo miedo?
Para servirlo, no escatimes: ponle una bola de helado de vainilla o nata montada y conviértelo en el rey de la mesa. ¡Tus comensales te lo agradecerán de por vida!
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